El estilo no se compra en una vidriera
Las vidrieras están hechas para tentarnos, y lo logran! aunque lo hemos leído por todos lados que la ropa la comprás, pero el estilo lo creás, esos maniquíes rígidos con cara de “yo sé algo que vos no sabes”, nos hipnotizan con luces bien calculadas y nos tiran esa indirecta venenosa de “si no lo comprás, quedás afuera” ¡Gran mentira amiga! El estilo no se compra en una vidriera.
Una vidriera no es un espejo, es un anzuelo. Y cada temporada le cambian la carnada: hoy es el fucsia, mañana el camel y pasado es la polera cortita que te deja el ombligo congelado en pleno Julio. Siempre terminas sintiendo que no tenés suficiente ropa.
Tener estilo no es entrar a un local divino, sacar la tarjeta y salir con tres bolsas como si fueras la protagonista de una comedia romántica. ESO ES SHOPPING, NO ESTILO. El estilo no viene en bolsas con un logo dorado. El estilo personal no se vende, se sostiene en la actitud de cada uno. Y si lo intentan vender, se convierte en un disfraz.
La cuestión es que el mercado de la moda nos convence de lo contrario. Que necesitamos esa prenda de temporada para “actualizarnos”, que si no seguimos la tendencia quedamos en la prehistoria. Y claro, si todas compramos lo mismo, ¿Dónde queda la identidad? perdida por ahí, entre la sección descuentos, promociones bancarias o 2×1, confundida entre veinte camperas “oversize” que juraban ser diferentes pero parecen clonadas.
Despues viene lo previsible, estamos todas iguales vestidas, y esa marca que tanto amas y lograste comprar luego de mucho esfuerzo económico y 18 cuotas sin interés, hoy la marca ya esta pensando en la temporada siguiente y como va a ser su próxima campaña de marketing.
El estilo personal no se mide por la marca, sino por la coherencia entre lo que sos y lo que mostrás. Es el idioma silencioso que habla por vos cuando todavía no abriste la boca. Y ojo! tener estilo no significa ser extravagante ni llamar la atención en cada esquina. Significa tener criterio, saber elegir lo que te vas a comprar, lo que te gusta y aquello que vas a poder combinar con lo que ya tenes, aunque toda la vidriera grite ¡comprame! Tu Estilo no se compra en una vidriera. no tiene etiqueta de precio, nace de tu personalidad.
La moda quiere que seas consumidora. Yo quiero que seas autora.
Una prenda puede vestir a miles de personas… pero tu estilo, solo a vos. Y acá está la gran diferencia: la moda es producción en masa; tu gusto y personalidad es edición limitada. Lo primero lo fabrica una máquina, lo segundo lo fabricás vos, con tus elecciones diarias, con tu historia, con tus gustos, incluso con tus contradicciones.
Así que la próxima vez que te pares frente a una vidriera, hacete esta pregunta: ¿esto habla de mí o solo quiere mi billetera? ¿Es una elección o es lo que dicta Instagram? Porque ahí está la diferencia entre tener ropa y tener estilo. Ropa tenemos todas. Estilo… pocas.
Nos leemos en la próxima: menos tendencia, más identidad.
Beso!!!
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